Cuando una empresa o autónomo pide financiación, una de las preguntas más repetidas es: ¿cuáles son las diferencias entre aval y garantía? Un error bastante común es pensar que ambos términos significan los mismo. Por ello, para aclarar todas las dudas, te ofrecemos desde Aválam las diferencias y detalles de ambos, además de apoyarte en el caso de que desees pedir financiación. En esta entrada tienes más información.
Qué es un aval y garantía
Son muchas las razones por las que una empresa o trabajador por cuenta propia decide solicitar un préstamo. Emprender un proyecto, cambiar de imagen o ampliar el negocio son algunos de los motivos más destacados. Antes de que se solicite financiación, los empresarios deben conocer todos los detalles del producto que están contratando y, además, saber qué es un aval y una garantía.
Qué es un aval
En primer lugar, un aval es un tipo de garantía en la que un tercero se compromete a afrontar el compromiso del préstamo en caso de impago. La ejecución del aval, según el caso, puede abarcar desde cuotas puntuales del préstamo que se han retrasadas y que posteriormente se regularizan, hasta asumir el importe total pendiente de amortizar.
Existen diferentes tipos de avales. Entre ellos, el aval técnico, que garantiza que la empresa pueda cumplir con sus obligaciones pactadas en el contrato, asumiendo el avalista parte o toda obligación no económica pendiente de ejecutar. Por otro lado, está el aval económico que garantiza que el prestamista recibirá a tiempo las cantidades acordadas.
Qué es una garantía
Se puede definir como un contrato en el que el prestamista se asegura el cobro en caso de que no se puedan asumir las cantidades por parte del prestatario. En la garantía personal, el empresario responde con sus bienes en caso de no poder satisfacer las cuotas. Por otro lado, en la garantía real, se acuerda que sean bienes concretos susceptibles a embargo quienes respondan en caso de incumplimiento.
La diferencia entre aval y garantía, al detalle
Como ya se ha visto anteriormente, aval y garantía son términos muy parecidos, pero diferentes y, las responsabilidades que garantizan cambian significativamente. Así, se podría llegar a la conclusión de que el aval es un tipo de garantía, pero no todas las garantías son avales. Con una garantía, el empresario responde de manera directa ante un problema con la amortización del préstamo, mientras que con un aval una tercera persona física o jurídica responde por el prestatario que no puede asumir la devolución.
Asimismo, se debe tener en cuenta el procedimiento a seguir: con un aval hay que presentar un proyecto firme, cerrado, en el que se prevé una previsión de las cuentas de la empresa, también denominado análisis, con el fin de que el prestamista pueda ver las estimaciones de evolución del proyecto. En el caso de las garantías, simplemente se debe vincular el patrimonio al producto financiero.
Es muy habitual tener que solicitar un aval, especialmente cuando el empresario cuenta con una situación financiera ajustada. Los motivos que pueden derivar en esa situación son de diversa índole: realización de un proyecto ambicioso, acumulación de productos financieros, tensiones de tesorería…
En estos casos es cuando la entidad financiera a la que se acude o bien el propio empresario puede se solicita un aval para su empresa, el cual es posible conseguir gracias a Aválam, la sociedad de garantía recíproca de la Región de Murcia, que en los últimos años ha contribuido a facilitar el acceso a pymes y autónomos a una financiación a bajo coste gracias a su aval, favoreciendo la consolidación y desarrollo de proyectos empresariales y puestos de trabajo.
Esperamos haber resuelto la pregunta inicial de esta entrada: diferencias entre aval y garantía, que son fundamentales para tomar decisiones de futuro y que te ayudarán a obtener las mejores condiciones financieras en el acceso al crédito para tus proyectos.