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Es el primer convenio de colaboración en España entre dos SGR en 42 años
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El objetivo es financiar conjuntamente empresas que operen en ambas comunidades autónomas
Las Sociedades de Garantía Recíproca (SGR) de Andalucía, Garántia, y de Murcia, Aválam, sellaron ayer una alianza mediante la que estrechan sus relaciones de colaboración en apoyo y respaldo de las pymes y autónomos de ambas comunidades autónomas.
Este acuerdo aportará más músculo financiero para abordar operaciones de mayor volumen y llegar a cualquier rincón de un territorio de casi 10 millones de habitantes en cien mil kilómetros cuadrados, siendo el primer convenio de colaboración en 42 años entre dos sociedades desde la constitución del sistema de garantías en España a través del Real Decreto-Ley 15/1977, de 25 de febrero.
El convenio fue ratificado en Granada por Javier González de Lara, presidente de Garántia, y Pedro Díaz Martínez, presidente de Aválam, en presencia de los directores generales, José María Vera, Antonio Vega y Luis Martínez de Salas.
Ambos presidentes coincidieron en destacar que este acuerdo es un primer paso para avanzar en una estrecha colaboración, con el horizonte de ampliar e incorporar al mismo a SGR de otras regiones que quieran participar de este proyecto de colaboración para mejorar la calidad de la financiación del tejido empresarial del país.
Garántia y Aválam potenciarán una nueva línea de financiación compartida mediante la puesta en el mercado de un coaval, respaldado por las dos entidades, que favorezca el desarrollo de inversiones productivas y capital circulante, a empresas y autónomos que sean socios o se asocien a ambas SGR´s en los próximos años.
Este coaval entre Garántia y Aválam permitirá el apoyo a emprendedores, la creación de empresas, la generación de empleo, la renovación de activos y la mejora de la innovación en todos los sectores productivos.
Para ello, las dos sociedades se comprometen a prestar asesoramiento y apoyo económico y financiero destinado a la creación e impulso de la actividad empresarial de sus asociados, ofreciendo en las mejores condiciones de coste, los avales financieros para la adquisición y mejora de sus equipos productivos, instalaciones, y cualquier necesidad de capital circulante, o anticipo de subvenciones.
Así, dos de las más destacadas SGR de nuestro país, con más de 20.500 asociados entre ambas, impulsarán la colaboración entre entidades de distintas comunidades autónomas, pero próximas territorialmente, y con empresas habituadas a operar en ambos territorios.
Sobre Garántia
Garántia, surgida a comienzos de 2018 de la fusión entre las antiguas SGR´s andaluzas Suraval y Avalunión, en el primer año de funcionamiento ha avalado un volumen de negocio de 115 millones de euros con un crecimiento de un 36 por ciento y un riesgo vivo de más de 420 millones de euros. Con 16.000 socios Garántia es la segunda del país en este apartado, y la tercera SGR en el ranking nacional en riesgo vivo, sólo por detrás de Elkargi e Iberaval, las del País Vasco y Castilla y León, respectivamente. 2019 lo afronta con el objetivo de cierre del año superando la cifra de 135 millones de euros en nuevas operaciones.
Sobre Aválam
Aválam es la SGR murciana y fue constituida en 1981 por CROEM, empresarios, la Administración regional y las entidades financieras. Con más de 4.500 asociados, apoyó 323 proyectos por un total de 35 millones de euros durante 2018, situándose como la primera alternativa de financiación para pymes y autónomos en la Región de Murcia. Esta aportación contribuye a sustentar 20.000 puestos de trabajo, cifra que sigue en aumento en 2019.
Integradas en CESGAR
Tanto Garántia como Aválam están integradas en CESGAR, la confederación nacional del sector que aglutina a más de 130.000 socios y suma un riesgo vivo de unos 4.000 millones de euros que sustentan unos 600.000 empleos.
Al igual que todas las SGR´s que integran el sector, Garántia y Aválam tratan con su actividad de cumplir su misión principal, facilitar por medio del aval a pymes y autónomos (principales generadores de riqueza y empleo) la financiación necesaria para el desarrollo de su actividad o para la puesta en marcha de nuevos proyectos e iniciativas empresariales, al completar o suplir la falta de garantías patrimoniales y mejorarles las condiciones de acceso a una financiación de calidad (aquella que la pyme y el autónomo realmente necesitan).